En su hábitat natural, los loros son aves muy ocupadas, pasando la mayor parte del día buscando comida, interactuando con sus parejas y su bandada, reaccionando a amenazas y respondiendo a todos los acontecimientos del entorno. En contraste, el nivel de actividad de nuestras mascotas puede que no se ajuste a sus necesidades de estimulación. Esta discrepancia y la necesidad de estimulación casi constante (tanto por parte de compañeros como en la actividad relacionada con la autoestimulación) es una de las razones por la que muchos papagayos desarrollan picaje.
En cautividad, debemos hacer todo lo posible para crear un loro independiente que aprenda a entretenerse con actividades saludables. Proveer una dieta variada con alimentos estratégicamente colocados para mantenerlos activos, una jaula espaciosa con múltiples perchas, varios gimnasios, perchas para escalar, oportunidades para el acicalamiento, juguetes para romper, rompecabezas, ramas no tóxicas con hojas, bolitas de papel de algodón blanco, cajas de cartón para hacer trizas, muchas oportunidades de baño, radio, televisión y cualesquiera otras actividades ocupacionales que se te ocurran, todo ello mantendrá a un papagayo estimulado.
Si bien es cierto que los loros aburridos y sedentarios tienden más a picarse las plumas, no todos ellos lo hacen. Otros factores como el maltrato, la negligencia, una dieta inadecuada y pobres cuidados suelen ir acompañados de una estimulación precaria. Simplemente proveyendo a un loro de juguetes nuevos no cesará un episodio de picaje, pero mantener al pájaro entretenido con juguetes, juegos, ejercicio y otras actividades puede ciertamente ayudar. Los juguetes con texturas variadas que le permitan picotear o acicalar pueden ser de valiosa ayuda para desviar la atención de picarse a sí mismo.
Si bien son miles las causas que originan el picaje, hay que llamar la atención sobre algunas posibilidades interesantes. Resulta obvio que muchas conductas de los loros son una combinación compleja de instinto y aprendizaje. Mientras volar puede ser innato, la sutileza del vuelo puede depender de la enseñanza parental o del ejemplo. Comer es una conducta esencial, pero cómo comer, qué comer y dónde comer son comportamientos aprendidos. Lo mismo puede ser cierto para el acicalamiento de las plumas.
Limpiar y recolocar las plumas encrespadas es sin duda un comportamiento instintivo, pero la sutileza del acicalamiento puede ser aprendida por los jóvenes papagayos observando a sus padres. Al menos algunos de los problemas de sobreacicalamiento y picaje de plumas que vemos en los jóvenes pájaros de compañía pueden ser debidos a un aprendizaje inadecuado de la técnica, o bien a que han aprendido viendo a la especie incorrecta. Si observamos a varias especies de loros acicalarse, es evidente que algunas presentan sutiles diferencias en sus técnicas que probablemente se corresponden con las diferentes estructuras del plumaje. Por ejemplo, existe una diferencia significativa en la estructura de la pluma de los eclectus, las cacatúas y los amazona. ¿Tiene más probabilidades de sobreacicalarse o picarse las plumas una joven cacatúa o un eclectus si observa acicalarse a demasiados amazona? La mera posibilidad de tener en cuenta esta consideración origina muchas preguntas. Por ejemplo, ¿cómo puede un humano enseñar a un papagayo a acicalarse adecuadamente?, ¿necesitan los bebés loros observar a los adultos de su misma especie para aprender las técnicas de acicalamiento apropiadas?
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