Muchos casos de picaje se originan por una compleja combinación de causas físicas y conductuales. Dado que gran parte del picaje comienza por razones físicas, lo mejor seria realizar un procedimiento clínico de diagnóstico veterinario al comienzo del problema. No se debe hacer la presunción de que el problema es simplemente conductual.
Sin embargo, cuando el picaje empieza por pura causa física, las complejidades del comportamiento pueden hacer que continúe incluso si se ha resuelto la causa física. La influencia conductual principal es la atención que se presta al ave cuando se está picando. Un pájaro que comienza a picarse por la simple picadura de un insecto puede desarrollar la costumbre del picaje si el dueño le presta atención cada vez que se estropea las plumas. Aunque las aves que se pican necesitan la educación y la atención de sus propietarios para sentirse seguros, es importante no prestarle esa atención cuando se pique.
Un cambio gradual, por sí mismo, no debería resultar lo suficientemente traumático como para dar pie a un episodio de picaje. Sin embargo, los papagayos que han sido sobreprotegidos y pobremente socializados puede que no reaccionen bien ante cualquier situación nueva, especialmente si sucede de repente. Si el cambio amenaza seriamente el sentido de seguridad del ave, el comportamiento fóbico puede dar lugar al picaje. Una manipulación traumática o agresiva puede ser también un factor de picaje en loros jóvenes. Es muy importante proteger a cualquier ave de experiencias amenazadoras.
Algunas personas vuelven locos a sus loros. Las bromas, los engaños, el comportamiento agresivo, la confrontación continua o discusiones constantes por parte de los humanos pueden causar inseguridad en los papagayos y pueden conducir al picaje. Nuestra meta primordial debería ser hacerlos sentir seguros en nuestros hogares.
La mayoría de las personas creen erroneamente que los loros deben ser infelices si se pican. Esto no es necesariamente cierto. Hay muchos papagayos felices que juegan contentos, adoran ser acariciados, son unos parlanchines locuaces y se pican. El mejor consejo para loros con picaje, tanto si es por causas físicas como conductuales (o ambas), es ignorar por completo al pájaro cuando se pica. Darle mucho amor y mucha atención dirigida, pero ignorar el picaje. Los papagayos son sumamente manipuladores, y si reciben atención por su comportamiento continuarán picándose mientras la consigan. Hacer aspavientos cuando un loro se está picando las plumas es casi una garantía de que la conducta se convertirá en hábito.
Como con todos los problemas conductuales, tratar los síntomas es menos efectivo que resolver la causa subyacente. La causa subyacente de la generalidad de los problemas de comportamiento en las aves de compañía es un pájaro confuso que controla su propia vida y que lo está haciendo fatal. Con aves confusas o fóbicas, es importante tratar de aumentar su sentido de la seguridad. Dar mensajes claros con órdenes verbales, establecer periodos de atención y momentos fuera de la jaula ayudarán a desarrollar el sentido de independencia de los pájaros malcriados. Proteger a un papagayo de experiencias traumáticas es esencial, sin embargo aquellas aves sobreprotegidas en cuyas vidas no se les han introducido cambios de forma prudente y segura, generalmente acaban siendo loros que se pican las plumas. Establecer normas gradualmente, proporcionar directrices conductuales, enseñar a aceptar cambios y nuevas aventuras bajo estrecha supervisión, todo ello es indispensable para su bienestar. Trabajar de este modo con aves con picaje por causas conductuales marcará la diferencia, a pesar de que no se puedan evitar episodios futuros de picaje en épocas de confusión o estrés.
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