domingo, 28 de enero de 2007

Sabias que ... La lejia como desinfectante

Podemos elegir entre un gran número de desinfectantes y productos de limpieza para limpiar las jaulas de nuestros queridos amigos/as. Los desinfectantes tienen la característica de estar basados en ingredientes activos y ser capaces de eliminar patógenos.
En el caso de la lejía doméstica (que es una solución del 5,25% de hipoclorito sódico) es un desinfectante de eficacia baja tras un contacto de 2 minutos, pero su eficacia se eleva a intermedia tras 5 minutos de contacto. La lejía no debe considerarse como esterilizante. Los compuestos a base de cloro son muy utilizados por su rápida capacidad de eliminar microorganismos y su bajo precio. Se considera un producto químico abrasivo pero muy efectivo, que ataca a los microorganismos y a los restos orgánicos indiscriminadamente. A la hora de limpiar las jaulas, debemos retirar toda materia fecal antes de aplicar la lejía. Utilizándola como un desinfectante de uso general, debe mezclarse 170 ml de lejía con 4.5 litros de agua. Para superficies ya limpias, aplica y deja actuar durante 5 minutos, luego acláralas. Para purgar tubos de agua, la proporción de lejía y agua es de 1-5, pues de esta manera mantenemos el nivel de potabilidad del agua. Para rociar las paredes y jaulas, necesitaremos una solución de 170 ml por cada 4.5 litros de agua si la mezcla no gotea, en cuyo caso deberemos fregar directamente esas superficies, y dejarlo actuar durante 5 minutos. Todos los elementos deben ser perfectamente secados a continuación.

Ventajas: Si la utilizamos correctamente, en una proporción de 170 ml con 4,5 litros de agua, la lejía es muy efectiva con todos los microorganismos (excepto con la tuberculosis, esporas bacterianas y clamidias). Tambien es un potente desodorante.

Inconvenientes: Irrita la piel y los ojos. Puede decolorar y llegar a provocar agujeros en las superficies metálicas de los barrotes de las jaulas y en los utensilios de cría a mano. Como todos los demás desinfectantes, la lejía no es efectiva con restos orgánicos. Pierde efectividad al combinarla con agua dura. La lejía, guardada en condiciones normales, tiene una durabilidad de seis meses. Las soluciones de lejía diluida deben desecharse a las 24 horas. No es muy eficaz con esporas de bacterias o micobacterias. Los vapores producidos por la lejía reaccionan con proteínas y pueden provocar irritaciones en el sistema respiratorio de las aves.

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