domingo, 25 de febrero de 2007

Hoy hablamos de ... jaulas y aviarios

En términos generales procede a señalar que las especificaciones para las jaulas de loros son diferentes de las que corresponden a las que albergan a otras especies de pájaros.
Por otra parte, han de ser totalmente metálicas debido al instinto mordisqueador y los poderosos picos con que cuentan muchas especies de loros. Sólo en circunstancias excepcionales se podrá utilizar jaulas de madera, la cual ha de ser de tipo duro, como la que se emplea en el caso de los pájaros que comen semillas.
Por otra parte debe tenerse en cuenta que muchas especies como en las de mayor tamaño, como es lógico son capaces de desplazar los barrotes de metal con sus picos con sus picos e incluso perforar una tela metálica ordinaria de reducida galga.
Es obvio decir que las bandejas deslizantes construidas de madera son totalmente inadecuadas y que los recipientes para la comida y el agua han de ser resistentes.
Es importante, asimismo que las puertas de las jaulas cierren firmemente para que éstos ágiles animales no puedan abrirlas con sus picos. Como cabe apreciar, es mucho lo que conviene tener presente cuando se vaya a adquirir un loro.
La longitud de la misma debe ser como mínimo de 1 metro para las especies de menor tamaño y no menos de 1.5 metros para los mayores.
No obstante que como alojamiento permanente, una jaula de éste tipo resulta algo reducida y sólo es apropiada si se permite volar al pájaro todos los días por la habitación. Las jaulas construidas con barrotes de latón deben rechazarse, incluso en el caso como ocurre con frecuencia hoy en día que hayan sido recubiertas con barniz para evitar la formación de cardenillo, resulta muy fácil para el loro eliminar el barniz en un plazo de tiempo muy breve, aparte que puede resultarle tóxico.
Las jaulas individuales para alojar loros de gran tamaño generalmente cuentan con una rejilla de galga algo grande, situada a corta distancia del fondo, lo cual impide que el pájaro pueda llegar hasta él y ensuciarse. Lo que se olvida sin embargo es que esto hace imposible la ingestión de arena y cascajo, elementos éstos que todos los pájaros que comen semillas necesitan para triunfar en su buche.
En estos casos tanto la arena como el cascajo deben suministrarse valiéndose de un instrumento especial. Se considera necesario, por tanto que no sólo el fondo de la jaula esté recubierto de arena sino que de una piedra del tamaño de un huevo de paloma se introduzca en la jaula para permitir al pájaro aguzar su pico.
También conviene instalar, como percha, ramas sin descortezar, las cuales deberán reemplazarse por otras tan pronto como hayan sido roídas en forma total por los loros.
Asegurémonos que estas ramas no hayan sido rociadas con productos químicos de ningún tipo o que esté expuesto a los gases de automóviles.
Las jaulas destinadas a alojar varios loros deben ser muy espaciosas; hay que tener presente que en los casos en que varias parejas en que una misma o diferente especie hayan de permanecer juntas, el adoptar precauciones extremas es una necesidad, ya que los pájaros a menudo se muestras agresivos y malévolos, incluso fuera de la época de cría. Cuanto mayor es la jaula, menor es el peligro que se produzcan peleas, ya que resulta más fácil para los animales mantenerse alejados unos de otros.
La forma ideal de alojamiento es, por supuesto, un aviario o mejor todavía una pajarera instalada al aire libre. En tal caso no sólo es más fácil conseguir unos buenos resultados en la cría sino que los animales se muestran más sosegados y se comportan con mayor naturalidad.
Cualquier habitación que reciba los rayos del sol en algún momento del día resulta adecuada para un aviario. Las lámparas que irradian calor deben aislarse, estableciendo un cierto espacio de protección a su alrededor mediante una tela metálica.
Si las circunstancias lo permiten deberá construirse una pequeña repisa en donde los animales puedan tomar baños de sol, sino también gozar de la lluvia, una posibilidad ésta que algunos loros complace en grado sumo dado que no se bañan.
Que las plantas se encuentren fuera de lugar de las pajareras en el que se alojan loros es totalmente lógico, ya que no resistirán a unos picos como los suyos durante mucho tiempo.
Conviene instalar en cambio unos troncos por los que puedan trepar así como ramas de diversos tipos. Todo ello debe fijarse de modo que los pájaros cuenten con amplio espacio de vuelo.
Dado que a algunas especies les gusta pasar la noche metidos en algún hueco o cavidad deberán instalarse algunas cajas de nidificación incluso fuera de la época de cría.
Debe tenerse en cuenta así mismo que algunas especies les gusta que las cajas se encuentren en puntos bien iluminados, en cambio otras se inclinan por lo contrario.
Introducir plantas en una pajarera para loros en general emite agudos chillidos, lo cual no sólo ataca los nervios de su dueño sino que encima de todo puede convertirse en una molestia para los vecinos. Por consiguiente resulta prudente, antes de construir una pajarera, informarse acerca de si los miembros de la familia de loros, a los cuales va destinada pueden, de hecho ser tolerados por los vecinos.
En caso contrario ello no sólo nos causará muchos problemas sino que todo nuestro trabajo habrá resultado inútil.

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