Los expertos insisten en que las recientes apariciones masivas de pájaros muertos en distintos puntos de Estados Unidos y del mundo no tienen nada que ver entre sí y pueden deberse a factores tan ordinarios como las bajas temperaturas, los fuegos artificiales o incluso una indigestión. Pero los incidentes se suceden y la población se preocupa. Los últimos signos ominosos han vuelto a darse el pasado fin de semana en los estados norteamericanos de Illinois, California y Missouri.
Miles de pájaros muertos aparecieron en los malecones de Chicago, la mayoría flotando sobre el hielo del lago, donde gansos y patos se daban un macabro festín con ellos. Paralelamente aparecieron un centenar de aves en la autopista 101 de California. Estaban muertas pero enteras, sin que nadie les hubiese disparado ni quedara muy claro qué había provocado su caída. Otros 30 pájaros se desplomaron del cielo en Missouri.
Esto se suma a similares experiencias vividas anteriormente en Arkansas, Luisiana y Kentucky, y que han tenido eco en poblaciones de Suecia y de Italia. En todos los casos se esperan resultados concluyentes de las autopsias mientras los expertos ornitólogos se mantienen firmes apostando por las causas naturales.
Los primeros pájaros en pasar por el laboratorio han sido los de Arkansas (donde también se registró una súbita mortaldad de peces), y en principio se descartaron contaminaciones o enfermedades. La causa de la muerte parecía ser traumática, con abundancia de lesiones y hemorragias internas, como si algo hubiera despistado a las aves y las hubiera lanzado a chocar con toda clase de obstáculos.
ABC.es
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