Una cosa sí se sabe, y es que al igual que el animal humano, hay aves que son más inteligentes que otras, aun dentro de la misma especie y familia.
Por mucho tiempo las aves han sido consideradas inferior en inteligencia, comparadas con los mamíferos, y en algunas culturas se han usado términos peyorativos como ''cerebro de pájaro'' .
Es sólo en estos últimos años que se sabe que los pájaros tienen ''cerebros relativamente grandes en proporción al tamaño de su cabeza''. Al avanzar hacia este nuevo campo de la neurología aviaria hoy sabemos que los cuervos, los arrendajos (blue jays, por ejemplo) y las urracas tienen ''complejas vidas sociales, con un intrincado y voluminoso cerebro anterior y telencéfalo y poseen mayores habilidades cognitivas (memorizar, evaluar, observar, etc.)'' que muchas otras aves conocidas.
Desde la década de 1990 los estudios han derramado bastante luz sobre la inteligencia de las aves, pero ''aún quedan muchas interrogantes, muchas piezas del rompecabezas por resolver''.
Armados con ese volumen de nuevos conocimientos , en febrero del 2005, un grupo internacional de expertos en ornitología publicó lo que llamaron ''un manifesto'' en la prestigiosa revista científica Nature Neuroscience, declarando que casi todo lo escrito [hasta la fecha] en los libros de texto de anatomía sobre el cerebro de las aves era incorrecto y necesitaba actualizarse. Concluyeron que el cerebro aviario es tan complejo, flexible y creativo como el de cualquier mamífero, incluyendo el humano y que "relativo al tamaño de su cuerpo, el cerebro del cuervo es del mismo tamaño que el del chimpancé''.
He aquí otros datos fascinantes:
• Ciertos pájaros cascanueces (de la familia de fringílidos, a la que pertenecen el gorrión, el pinzón, etc.) pueden esconder miles de semillas en el otoño y recuperarlas hasta seis meses después.
• Las palomas pueden recordar hasta 725 patrones visuales diferentes; pueden hacerse las que encontraron una comida, guiar otras aves allí y luego ir hasta el lugar donde estaba el alimento.
• Alex, el famoso loro Gris Africano que vivió 30 años con su entrenadora, la doctora Irene Pepperburg, de la Universidad de Arizona, tenía un vocabulario de más de 1,000 palabras y comprendía el concepto del cero. Alex murió en septiembre del 2007 de causas naturales.elnuevoherald.com
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