El pajarito reproducido tradicionalmente en los relojes de péndulo suizos, que con su canto sale a anunciar las horas en punto y las "y media" se encuentra en peligro de extinción.
Organizaciones proteccionistas suizas detectaron ya en 1995 una sensible baja de la población del cucú; y se estima que hoy no existen más de 20.000 o 30.000 parejas.
Pro Natura, una organización centenaria en la defensa de la naturaleza en Suiza, que administra más de 600 reservas naturales, incluyó al cucú en una lista de especies amenazadas, y publicó días atrás un mapa que ubica los lugares que más elige este pájaro para establecerse. Allí se ve que Los Alpes y los lagos de Neuchâtel y Constanza son los lugares preferidos por los ejemplares de esta especie que viven en Suiza.
Por su parte, BirdLife, una asociación conservacionista con filiales en varios países europeos, fomenta entre los escolares suizos la creación de espacios naturales aptos para recibir al cucú.
¿Qué está causando la disminución de la población del cucú? Las causas son las mismas que afectan a toda la fauna y zoología suiza, es decir, la modificación de su medio natural, que lo priva de su alimentación básica, compuesta por orugas y todo tipo de larvas.
El cucú (Cuculus canorus) mide 33 centímetros, y pasa los inviernos europeos en África, para volver cada primavera. Su inconfundible cantar "cucú-cucú" es inconfundible, e inspiró a los relojes de péndulo, que tienen el nombre del pájaro.
Pero el cucú es conocido también porque su hembra tiene el hábito de depositar sus huevos en nidos ajenos, para que otras especies los incuben, y alimenten a los polluelos.
Los relojes cucú son en la actualidad uno de los souvenires más elegidos por los turistas que visitan Suiza, y se han convertido en uno de los símbolos que más identifica a la prestigiosa industria relojera helvética.
Ahora la preocupación principal de las organizaciones ornitológicas es la de promover campañas para impedir la desaparición definitiva del pájaro cucú de los bosques suizos. Si eso sucediera, sería una gran pérdida para la tradición de la Suiza rural.
Por eso, la entidad Nos oiseaux (Nuestros pájaros) trabaja en programas destinados a que los campesinos creen condiciones apropiadas para que los cada vez menos cucús que regresen en las primaveras puedan encontrar alimentos y un hábitat que les permita sobrevivir y procrear.
Clarín.com
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