Los vomitos de Harry

Harry es un yaco o loro gris africano (Psittacus erithacus) que vive en Irlanda del norte.

Sus vómitos, la mayoría de ellos cuando su dueño se acercaba, sólo generaban confusión, pues Harry lucía muy saludable. Sin embargo David, su dueño, preocupado no encontró otra opción que llevarlo al veterinario.

El primer diagnóstico fue más confuso aún: Harry no estaba enfermo.

¿Qué le pasaba entonces?

Flynn, el veterinario, descubrió que Harry sufría de mal de amores y que su corazón tenía nombre: David.

El tratamiento era radical. "Hemos tenido casos de loros y periquitos que le vomitan al dueño cuando tienen una relación muy intensa, cuando piensan que el dueño es de su misma especie"

Lamentablemente para David, esta especie expresa el amor hacia el ser adorado por medio un pequeño vómito. "Estos animales, sobre todo el macho, cuando va a cortejar a la hembra lo que hace es vomitar comida del buche y se las ofrece. Es como si le estuviera ofreciendo un regalo. Es como decir: 'Estoy tratando de enamorarte' en su lenguaje", comenta David Perpiñán, veterinario especialista en animales exóticos del Hospital Zoològic Badalona Veterinària de Barcelona.

Pero, el caso de Harry era diferente. Su ser amado no tenía ni una pluma.
"Hemos tenido casos de loros y periquitos que le vomitan al dueño cuando tienen una relación muy intensa, cuando piensan que el dueño es de su misma especie porque se ha criado desde muy pequeño con humanos", indica Perpiñán.
Ante esa explicación tan natural ¿cómo se iba a resolver el dilema de Harry?
La sugerencia fue la logica en estos casos. Conseguir una pareja para Harry y así distraer la atención sobre su dueño. Y felizmente el remedio funcionó. Harry encontró una nueva amiga con plumas y David ya no tiene que lavar sus camisas todos los días.