
En Madrid, los dueños de animales esperan pacientemente su turno, junto a las barreras azules, delante de la iglesia de San Antón, donde un sacerdote salpicará a sus mascotas con agua bendita.
"Con la mediación de San Antón, recibe esta bendición", repetía el sacerdote, vestido con una sotana blanca y de pie en la escalerilla de la iglesia.
Según una creencia muy expandida en España, esta bendición debería asegurar larga vida a los animales.
Una vez que el animal es bendecido, cada fiel recibe tres pequeños panes, que debe guardar durante un año para garantizar buena salud y la protección del santo patrón. Los panecillos son fabricados según una receta especial para que queden blandos.
A lo largo del día, se celebran varias misas en lass iglesias de San Antón, ante fervorosos propietarios acompañados por sus animales.
Esta fiesta, célebre en Madrid y en otras zonas de España, se remonta al siglo XIX.
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