lunes, 30 de agosto de 2010

Polluelos de cacatúas, guacamayos y cotorras inundan la guardería del Zoo de Madrid

La guardería de aves exóticas del Zoo Aquarium de Madrid está de enhorabuena tras el nacimiento de una veintena de pollitos de especies como guacamayos azules o cotorras del sol, y esperan que en los próximos días eclosionen más huevos, que se encuentran madurando en incubadoras del centro.

Así lo ha manifestado Miguel Bueno, biólogo conservador de aves del Zoo Aquarium de Madrid, satisfecho por el nacimiento de los polluelos y que ha asegurado que el servicio de guardería se encuentra al completo en estos días.

A través de estas aves se intenta mostrar "una parte de la biodiversidad del planeta" a los espectadores y que, más allá del espectáculo que ofrecen, este servicio pretende educar al público en la conservación y la investigación del mundo animal.

Además, el conservador del zoo madrileño ha puntualizado que la cría de estos polluelos se hace a mano, una vez que los padres han pasado con ellos unas tres semanas, para que se adapten mejor al entorno y reconozcan a sus cuidadores.

Durante este proceso de cría a mano se retira a los polluelos de sus padres y se les alimenta a través de una sonda por la que se les suministra una papilla de cereales que contiene todos los nutrientes necesarios para su desarrollo.

Las tomas de comida se realizan al principio cada hora, periodo de tiempo que se amplía a medida que la cría se desarrolla y gana peso, lo que implica que los responsables de estos animales tienen, en ocasiones, que llevarlos a casa para continuar con su manutención.

Uno de estos criadores de polluelos, Julián Sánchez, asegura que es "fascinante poder seguir la evolución de los polluelos desde que son pequeños" y afirma que es posible aprender algo en cada puesta, "porque no todos se crían de la misma forma".

Sánchez explica que el proceso de cría implica "mucho tiempo", ya que al principio se les da de comer cada hora, desde las 7:00 a las 24:00 horas, y a medida que ganan peso se les va reduciendo las tomas hasta los dos meses y medio, en algunos casos y los tres meses, en otros.

"Lo que queda es la satisfacción de haberlos sacado adelante, se trata de algo que te gusta hacer y siempre hay una felicitación por parte de tu equipo y de la empresa", asegura este cuidador del zoo madrileño.

Mientras estos nuevos inquilinos del Zoo madrileño crecen, los visitantes del centro pueden ver a las aves que nacieron el año pasado en las exhibiciones educativas de vuelo libre que se realizan diariamente en el aviario.

Agencia EFE

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