Tras el hallazgo, se sacrificarán los animales que alberga esta explotación, situada en la frontera entre Norfolk y el condado vecino de Suffolk, donde también hay gansos y patos.
El Gobierno ha establecido una zona de protección de 3 kilómetros de diámetro y otra área de vigilancia de 10 kilómetros alrededor de la granja avícola afectada para restringir los movimientos e intentar frenar que el virus gripal se extienda más allá.
El Defra indicó que investiga ahora la conveniencia de adoptar nuevas medidas a raíz de la detección de la cepa.
Dentro de estas áreas afectadas, se limitarán los movimientos de pájaros y estos animales deberán ser aislados o encerrados, lejos del contacto con pájaros salvajes.
El ministerio británico también aseguró que ya se había informado a Bruselas.
Fred Landeg, uno de los veterinarios asesores del Gobierno, instó a todos los granjeros a permanecer "vigilantes".
"Esto debe preocuparle a todo el mundo y estamos pidiendo a todos los granjeros que se mantengan vigilantes, que mantengan a sus aves encerradas en áreas restringidas y que lleven a cabo medidas de bioseguridad e informen de cualquier signo del virus", indicó este asesor al canal británico Sky News.
Landeg no consideró probable que existiera algún vínculo entre este brote y el desatado el pasado febrero en Holton, condado de Suffolk.
"En estos momentos, no podemos sacar conclusiones. Creemos que se trata de un nuevo brote en esta zona y examinaremos si existen vínculos posibles para establecer su procedencia y a dónde se podría propagar", señaló.
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