sábado, 4 de enero de 2014
viernes, 3 de enero de 2014
El loro orejiamarillo se recupera gracias, entre otros, al Vaticano
El loro orejiamarillo, una especie endémica de los Andes colombianos que se creyó desaparecida en 1998, ha alcanzado los 2.600 ejemplares gracias a un proyecto de conservación que promueven una fundación canaria y una ong local y que ha contado con la implicación del Vaticano.
El loro orejiamarillo anida únicamente en la palmera de cera, el árbol nacional de Colombia, que también se encuentra en peligro de extinción como consecuencia de la deforestación y del uso de sus hojas en lasprocesiones religiosas (para lo que se tala todo el ejemplar), explica a Efe David Waugh, director de Loro Parque Fundación.
«Supone un desgaste enorme para esta palmera preciosa; la más alta del mundo, con un tronco muy fino que puede llegar a medir hasta 90 metros», precisa el biólogo. La pérdida de estos árboles influyó en la disminución de loros orejiamarillos, «hasta tal punto que se creyó que se había extinguido en estado salvaje».
Sin embargo, tras años de búsqueda, a finales de 1998 se redescubrió en lacordillera central de los Andes colombianos una colonia de 82 loros orejiamarillos en torno a varios ejemplares de palmeras de cera. Y se decidió formar la organización Fundación ProAves, que contactó con la Fundación Loro Parque para emprender la protección de estos animales.
La colaboración de los biólogos de Loro Parque era necesaria para conocer los desplazamientos yhábitos reproductivos de la especie. Y usar la información para planificar la estrategia de recuperación del loro orejiamarillo.
En la actualidad, su número asciende a los 2.600 ejemplares., relata Waugh. «Se han visto grupos de loros orejiamarillos en lugares en los que habían vivido antes, en un proceso de recolonización del área».
Además, desde el inicio del proyecto se habló con los curas locales para lograr el respaldo de la Iglesia en Colombia para que se dejasen de emplear las hojas de palmera de cera en las procesiones, en especial en la del Domingo de Ramos.
Se envió también un mensaje al Vaticano con el objetivo de contar con su visto bueno a la hora de utilizar hojas de palmera común o incluso realizada con fibra artificial. La autoridad eclesiástica, por supuesto, avaló la medida de inmediato.
«El programa es conocido en toda Colombia y tiene una importancia enorme a nivel local y político. En una de las municipalidades, incluso, se ha incorporado la imagen del loro orejiamarillo alescudo oficial», afirma Waugh.
De hecho, los científicos pudieron entrar en las demarcaciones donde se había redescubierto el loro orejiamarillo y que frecuentaba la guerrilla de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) desde el comienzo del proyecto.
Lorosexi reabre sus puertas
El Ayuntamiento de Almuñecar (Granada) reinauguró el pasado mes de diciembre, con una jornada de puertas abiertas, este parque que con 25 años de vida se ha convertido en todo un emblema turístico del municipio. Las instalaciones han estado un año cerradas para su reforma, después de que echaran a la empresa concesionaria por incumplimientos. Cuando el Consistorio recuperó el parque se encontró con jaulas oxidadas y un deterioro importante así que ha realizado una inversión cercana a los 200.000 euros, según calcula el concejal de Medio Ambiente, Luis Aragón, para ponerlo a punto y mejorar su estética y funcionalidad.
miércoles, 11 de julio de 2012
Estreno de cine: Er Relajo Der Loro
Ambientada entre la década de los años 50 y el año 2000, llega a las carteleras cinematográficas el Er Relajo Der Loro, una producción venezolana independiente dirigida y escrita por John Petrizzelli.
En la Venezuela de los años 50, un pichón de loro real es vendido a traficantes de animales; durante su traslado es salvado por una vendedora de empanadas quien lo acoge como un miembro más en su familia. Los tiempos son duros para sus dueños en Venezuela y la capital se perfila como una buena opción de vida, así que emprenden el largo viaje y se llevan con ellos al loro. Una vez en Caracas, ni se imaginan las peripecias que este loro tendrá que pasar, de jaula en jaula y siento testigo de las aventuras y desventuras de sus dueños.
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